lunes, 28 de mayo de 2012

Localidad: Zalamea de la Serena
Municipio: Zalamea de la Serena
Provincia: Badajoz
Comunidad: Extremadura
- M.Civil: palacios, casas, villas romanas, alquerías musulmanas, edificios singulares


Información

Típica casa solariega de la época en la que vivió el Perpetuo Alcalde de Zalamea, Pedro Crespo. La fachada contiene un dintel con un arco escarzado, y en el interior se conserva la típica escalera de acceso al piso superior o doblado, donde se almacenaba el grano. Pedro Crespo fue un labrador adinerado, por lo que en la casa pueden verse elementos decorativos similares a los encontrados en el Palacio de los Zúñigas. Dentro de la casa se muestra la viga del techo en la que fue ahorcado, en 1580, el Capitán Álvaro de Ataide.

lunes, 21 de mayo de 2012

EL ALCALDE DE ZALAMEA

Creo que todo comenzó sobre el siglo XVII ,en Zalamea de la Serena había un alcalde justo y honrado llamado Pedro Crespo que tenía una bella hija llamada Isabel de la cual se aprovechó un capitán que pasaba camino a Guadalupe y la violo, luego su pade como buen padre y alcalde vengó la honra de su hija y ahorcó al capitán.
Por su justa acción el Rey lo nombro Alcande de por vida.
Esto es lo que se contaba en el pueblo y lo que Calderón  escribió en una de sus tantas obras.
Calderón siempre estubo presente en nuestro pueblo pues tenemos un colegio que asi se llama, un parque con ese nombre y en él una estatua de Calderón de la Barca.
La casa de Pedro Crespo que está situada en el casco antiguo del pueblo "arribalavilla"esta zona para muchas personas solo son calles con cuestas pero no es así, pues en esas calles esta toda la historia de Zalamea esta la casa de Pedro Crespo,el Castillo y toda la vida de Zalamea  que si sus piedras hablaran nos contaria, pues como ya he dicho la zona màs antigua del pueblo 
Pero todod a vuelto a tecordarse de una manera especia desde hace 17 años atras, que el pueblo de Zalamea junti a Miguel Nieto ha representado años tras año la obra escrita por Calderón de la Barca.
Todo el pueblo se vuelca para que salga lo mejor posible y durante unos días Zalamea parezca la Zalamea del siglo XVII con su mercadillo medieval,su mesón, su gente caracterizadas de la época y lo más importante el entusiasmo con el que se vive.Eso hace que todods los años nos visiten tanta gente  y seamos conocidos por todas partes.
Esperemos que la obra se siga representando por muchos años y si algún día ya no es así, nunca olvidemos que gracias a un simple hombre de pueblo Zalamea es conocida de una manera especial ,pues él dijo  una frase que todo aquelque la oye no la olvida
"AL REY LA HACIENDA Y
 LA VIDA SE HA  DE DAR,
PERO EL HONOR ES 
PATRIMONIO DEL ALMA
Y EL ALMA SOLO ES
DE DIOS"



















viernes, 18 de mayo de 2012

NOTICIA DE ZALAMEA DE LA SRENA DEL PASADO DIA 14 -5 -12

Un hombre de 27 años que viajaba solo en una moto de gran cilindrada, resultó herido de consideración en la tarde del domingo al derrapar su moto y salirse de la vía.
Esto  ocurrió sobre las 15:20 horas en la rotonda cercana al cuartel de la Guardia Civil de Zalamea.
El herido es vecino de la pedanía de la Nava, perteneciente al municipio de Benquerencia de la Serena. La Guardia civil asistio al lugar del accidente y el herido fue trasladado al hospital Don Benito Villanueva, ya que en primera instancia los médicos del centro de salud de la localidad, le había diagnosticado policontusiones varias.

Yacimiento de Cancho Roano

Este yacimiento fue descubierto por Jeromo Bueno,un  agricultor de Zalamea de la Serena, que tras varios intentos de arar sus tierras, todos ellos eran  fallidos por la dureza de las piedras con que se encontraba el arado, lo que el no sabía era que debajo de todod esto se hallaba un palacio-santuario de origen tartésico. Allí, donde sus encinas crecían fuertes y robustas, 27 siglos atrás un grupo de moradores había realizado en ese mismo lugar rituales, oración y sacrificios. Resulta difícil creer que una pequeña elevación de encinas pudiera albergar en su interior todo un tesoro arqueológico, uno de los edificios más monumentales de la Prehistoria. Es así como gracias a este labrador ilipense, que dio cuenta de los jarros, vasijas y demás objetos que había ido encontrando en su propiedad, se descubre Cancho Roano. En 1986 el yacimiento es declarado Monumento Nacional, por su riqueza arqueológica e histórica.
Datado entre los s. V y VI a.C., esta edificación se encuentra a 10 Km. de Zalamea de la Serena, en la provincia de Badajoz, en la finca llamda «Cancho Roano», junto al río Cigancha. Se trata de un complejo edificio de planta cuadrada, rodeado por un foso y en el que se pueden apreciar tres etapas constructivas: la primera, del s. VI a.C., con muros de adobe sobre una base de mampostería; una segunda fase se llevó a cabo entre el año 500 y 450 a.C.; y una tercera, entre el 450 y el 375 antes de nuestra era. Es el conjunto tartésico mejor conservado de la Península Ibérica.
EL DESCUBRIMIENTO
La historia del yacimiento comienza veintinueve años atrás, cuando se parcela la finca de Cancho Roano, vendiéndose entre los vecinos. Una de las divisiones pasaba por un montículo denominado La Turruca, coronado por grandes encinas. El deseo de uno de los dueños de convertir esa tierra en una fértil huerta, le hizo actuar con un arado y posteriormente con una pala excavadora tropezando en el intento con los restos de un edificio de piedra y adobe del que empezaron a salir cenizas en tal cantidad que hicieron pensar en un horno. Pero lo que más llamó la atención de los descubridores fue que además de las cenizas apareciesen un pendiente de oro, diversos bronces y multitud de tiestos de distintas fábricas, entre los que figuraba una elevada cantidad de copas griegas. En octubre el  arquitesto Juan Maluquer de Motes, , acompañado por varios técnicos de la Subdirección General de Arqueología visitaron el yacimiento y decidieron iniciar inmediatamente la excavación, responsabilizándose de los estudios el Instituto de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Barcelona. Tras la muerte de Maluquer, las excavaciones son continuadas por Sebastián Celestino Pérez, director del Instituto Arqueológico de Mérida.

El palacio-sanuario
El  arquitectónico orientado al sol naciente fue erigido sobre una cabaña ovalada donde se levanta el primer edificio. Sobre este monumento se construyó un segundo, del que se conoce su planta, en la que se han documentado hasta tres altares de adobe, dos de ellos en forma de piel de vaca. Por último, a mediados del s. V a.C., se decidió clausurar este segundo santuario para edificar el ahora visible. Este es uno de los motivos que convierten a este yacimiento en un descubrimiento excepcional; tres conjuntos arquitectónicos diferentes, construyendo cada uno sobre los restos del anterior.
Se construyó con un sólido basamento de piedras y alzados de adobe, y fue enlucido por el exterior con arcilla de un rojo intenso, como los suelos de las habitaciones, mientras que el interior fue totalmente encalado. Para realzar aún más el cuerpo principal del santuario, se construyó una terraza de piedra de gran tamaño que lo rodea por completo. Al cuerpo principal se accede por un patio cuadrado, con un pozo en el centro, que aún hoy mantiene su nivel de agua. La entrada al edificio se realiza mediante una escalera de piedra construida en la esquina septentrional del patio, que conduce a una estancia que, a su vez, comunica con un gran ambiente transversal, que cruza todo el edificio. Allí encontramos tres cuerpos independientes. En uno de ellos estaban los almacenes en los que se hallaron más de un centenar de ánforas y orzas que contuvieron cereales, aceite, vino, miel y otros productos, así como una cantidad de objetos de bronce: calderos, recipientes, jarros o arreos de caballo.
Otro de los cuerpos consta de una habitación alargada, en cuyo fondo había un telar, a la que se abren tres pequeñas estancias en las que se halló alabastrones, copas griegas, cuentas de pasta vítrea púnica, brazaletes, decorados con filigranas, broches egipcios, marfiles, sellos de piedra, cuentas de ámbar y buena parte de las joyas de oro del santuario. En el eje central del edificio se erigió la habitación principal, verdadero lugar sacro del complejo, en cuyo centro se levantó un gran pilar rectangular que haría las veces de altar, como indican las investigaciones de Sebastián Celestino Pérez.
Por último, el monumento está rematado, a modo de torres, por dos habitaciones: la de la entrada, donde se construyó una escalera para acceder a la terraza y a la planta superior hoy perdida, y la sur-oriental, tal vez lugar de residencia. Todo el complejo palaciego está rodeado por un foso excavado en la roca. Lo más llamativo de los hallazgos encontrados en su interior son la gran cantidad de huesos de animales extraídos, todos con marcas de haber sido consumidos antes de arrojar sus restos. Destaca la presencia de corderos y vacas, pero también se encontraron restos de jabalí, ciervo, cabra, zorro y cerdo. Igualmente sorprende la existencia de restos de caballos. Este animal está presente en muchas manifestaciones artísticas y rituales de Cancho Roano. Aunque igual que los anteriores animales que fueron consumidos, no presentaban signos de haber sido sometidos a trabajos de tracción ni a la monta.
En la zona oriental, por donde se llega al santuario, la única puerta de acceso está franqueada por una muralla de tipo defensivo y dos torreones; aunque otras teorías desechan la razón de defensa, y creen que más bien responde a una demostración de prestigio que pudo generar la religión. Aunque a la entrada se puede apreciar una estela de guerrero. Junto a la entrada se encuentra un vestíbulo en el que hay un pozo que curiosamente, después de más de 2000 años cegado, ha vuelto a emanar. Entre los objetos recuperados en la excavación sobresalen especialmente los envases realizados en cerámica común, destinados a almacenar productos sólidos y líquidos: orzas, ollas, platos, copas o cuencos, realizados en un torno de alfarero y otros a mano, pero con perfectos acabados.
En Cancho Roano están muy presentes los instrumentos de hierro relacionados sobre todo con la carpintería: hachas, cinceles, brocas o punzones. Pero los más numerosos son los artículos de bronce relacionados con las guarniciones y arreos de los caballos. Llama la atención de los expertos una figura maciza realizada en bronce que representa un caballo curiosamente engalanado, en posición de marchar al paso. Celestino Pérez cree que podría ser una imagen de culto que presidiría la estancia. Es una de las figuras más emblemáticas de Cancho Roano, habiendo recorrido numerosas exposiciones. Otro de los objetos más significativos localizados es una cajita de piedra con forma de bellota ornamentada con motivos vegetales y empleada probablemente para guardar droga, quizá opio o perfumes.
En cuanto al por qué de este asentamiento, hace más de 2500 años ya existía una compleja red comercial impulsada por las civilizaciones del Mediterráneo Oriental en su búsqueda de materias primas. Este foco cultural de rasgos orientalizantes extendió su influencia sobre amplias zonas, abarcando, entre otras, gran parte de Extremadura y el Alto Guadalquivir. La reorientación económica surgida de la crisis del mundo tartésico provocó un espectacular desarrollo de las zonas periféricas, siendo uno de sus mejores exponentes el lugar en el cual se ubica Cancho Roano.

uno de los monumentos mas importantes de Zalamea

En la actual Zalamea, se construyó este singular y gran monumento funerario de casi 24 metros de altura. Posiblemente sea el más importante de sus características en el mundo romano, tanto por su tamaño como por su diseño, con seguridad el único de la península. Este diseño tiene claras influencias griegas y asirias, donde eran comunes estos dístylos. Su situación original, además de cerca de la calzada romana lo ubica en una posible necrópolis romana, ya que se han encontrado lápidas en sus alrededores.

Parece que se erigió en el año 103 en honor al emperador Trajano y como cenotafio de una de sus hijas, este último punto está sin demostrar.

Su aceptable estado de conservación se debe a que formó parte de la fábrica de los muros de la iglesia local construida en el S.XVI. En esta situación se mantuvo hasta el año 1.961 en que se "extrajo" y se restauró en su localización actual, gracias a los arquitectos Menéndez-Pidal y García Bellido.


Esta fabricado con piedra de granito colocadas en sillares en hiladas horizontales y de tamaño bastante regular. Está directamente situado sobre una roca superficial, con lo que se evitó la excavación y cimentación.

Compuesto por un podium de 1,40 m. de altura sobre el que se asienta el cuerpo principal del basamento, de 6,40 m. Este, se compone de un alzado perimetral de pilastras (cuatro en las fachadas principales y tres en las laterales). Estas son estriadas -solo en sus 2/3 superiores- en cuatro canales, con basas, coronadas con capiteles y colocadas sobre plintos perimetrales. El estilo de los capiteles es una incognita ya que han desaparecido, en la restauración se ha optado por el orden corintio. Sobre ellas se encuentra un entablamiento con cornisa final

Sobre este basamiento se levantan las dos impresionantes columnas con fustes de 1,45 m. de diámetro en su base. Las dos serían iguales en altura y coronadas por capiteles corintios. Sobre uno de ellos se adivina un arquitrabe que nos deja la incognita de como estaría finalizado el monumento

Hola a todos

Bienvenidos a este bloog aqui hablaremos de toda la historia que tiene Zalamea De La Serena un pequeño pueblo de Extremadura de la provincia de Badajoz y lo que va pasando día a día